Esta columna la escribí para La Quinta Emprende y la puedes encontrar aquí.
Recuerdo claramente mi primera clase de informática, Bases de Datos. Nuestra profesora, Cecilia Reyes, nos explicaba con entusiasmo sobre las bases de datos relacionales y las aplicaciones en la vida real.
En Pandemia nacen diferentes ideas y sistemas para poder apoyar al país a llevar de buena manera una cuarentena, lo que me parece genial y agradezco el trabajo de los equipos que apoyan las instituciones, pero me parece extraño que no ocupemos el potencial de la tecnología por completo.
Filas interminables de vehículos que acceden al control de permisos de trabajo en comunas en cuarentena y cuando lograr ser revisados, se enfrentan con el personal de las fuerzas armadas que verifican si el nombre del permiso es el mismo de la cédula de identidad. Agradezco de verdad la disposición del personal para hacer este chequeo y al mismo tiempo entiendo que es un proceso repetitivo y tedioso. ¿Cómo aseguramos que los permisos sean reales? De hecho, existe un sistema de verificación, pero lamentablemente no lo usan a la hora de controlar a un ciudadano. El sistema por defecto crea un permiso con su respectivo código QR autogenerado, número de folio y código de verificación, pero a la hora de ir al sistema de verificación, nos pide escribir a mano los dos últimos dos campos mencionados. Es claro que no podemos tener al personal de salud o de las fuerzas armadas digitando 7 y 12 caracteres por cada campo, respectivamente, y ciudadano controlado.
¿Se podría mejorar? ¡Claro está! No tiene sentido generar caos vial para que una persona contraste nombres de un permiso con su cédula de identidad, sabiendo que al pasar de los días ya están desganados haciendo esa labor. La tecnología nos sirve en las buenas y en las malas, pero los sistemas desarrollados y medidas tomadas deben responder a las necesidades de la comunidad. Necesitamos trazar, controlar, automatizar, diagnosticar y aún más importante cruzar las bases de datos de los diferentes sistemas para poder tomar decisiones por sobre los sistemas. No podemos seguir permitiendo sistemas a medias o semi automatizados que no terminan el ciclo de valor.
Podemos aprender de lo que se hace en otros países donde la policía en sus cascos puede detectar temperatura con lentes especiales e incluso verificar si se cumple el alejamiento entre personas con Machine Learning e Inteligencia artificial. Hay muchas cosas que podemos hacer, pero hay que partir por la base, dejar los papeles, empezar a automatizar procesos y registrar de forma inteligente. Los datos generan información y esa información bien analizada, conocimiento. Es interesante ver como nos transformamos, pero debemos preocuparnos de que la tecnología empodere y no entorpezca, así como de la privacidad de los datos y de hacer ver a los líderes del país, que en la cuarta revolución de los datos se hace más presente que nunca esa primera clase donde la profe enfatizaba: “El dato como un recurso”.
Foto: El Mostrador